domingo, 13 de noviembre de 2016

#BENIDORM - ARTÍCULO DE OPINIÓN. Fútbol, toros y boxeo: del blanco y negro al color by Saz Planelles

Perico Fernández Efe
El pasado viernes nos dejó Perico Fernández. Muchos no sabrán ni quién era. Fue, en boxeo, campeón de España, de Europa y del mundo. Como hijo de boxeador que soy, asiduo con pantalones cortos a los combates del Campo de Gas en Madrid, donde mi padre peleó, conocí y seguí a todos los boxeadores de los años 60 y 70. 

Memorables fueron los combates entre Carrasco (el Marino de los Puños de Oro) y el canario Velázquez. Espectacular el baile de piernas de José Legrá, el Puma de Baracoa, un cubano hispanizado que puso agua de por medio a los barbudos comandados por Fidel y el Che. Y tantos y tantos menos conocidos. Era lo que había. Fútbol, toros y boxeo.

A principios de los 70, en la España ecológica por natural, en la de blanco y negro, en la que no se sabía qué era la globalización y hasta las putas eran un producto nacional, Perico llegó a ser el exponente del sueño español de aquellos tiempos. Una España que acababa de quitarse el hambre a ostias y que por esa inercia algunos vieron que dando mamporros era la única forma de salir adelante dejando atrás una infancia de hospicio triste y difícil. Fútbol, toros o boxeo. Uno de esos era Perico Fernández. 

Para muchos era un personaje tragicómico de aquella España que luchaba por salir del subdesarrollo y que se daba cuenta de que en nuestro país había gente capaz de sobresalir en Europa y en el mundo en lo que antes se llamaba “el noble arte del boxeo”. No todo eran los goles del Real Madrid y sus Copas de Europa. Era una forma de demostrar que los españoles habían resistido con estoicismo, furia y gallardía los largos años de aislamiento político y económico. El deporte era una de las mejores formas de propaganda que había tenido el régimen franquista durante muchos años. Y Perico Fernández colaboró a ello, como todos, en los últimos años del régimen y en la transición


Ha dicho José María García, mi ex compañero en el diario “Pueblo” y “el muy mejor amigo” de Perico, quien mejor lo conoció y defendió sus desbarres y ocasionales “boutades”, que el boxeador ha muerto en el centro neuropsiquiátrico Nuestra Señora del Carmen de Garrapinillos, en su Zaragoza natal, solo y olvidado de quienes le jalearon. 

A Perico se lo ha llevado esa puta enfermedad que hace que ni él mismo supiera quién fue y era. Pero no nos engañemos..., el personaje con el que se fotografiaron en La Zarzuela y que entonces hubiera acaparado todos los selfis si los hubiera, ha muerto solo porque España ha cambiado. Ahora es una España donde se ha conseguido “erradicar” el boxeo y es políticamente incorrecto relacionarse con bárbaros personajes de esa especie. Ahora, en España, un boxeador es un apestado y un torero un infectado.

Pero creo que es justo reconocer que para que hoy tengamos esta España de “todos y todas”, de “miembros y miembras”, antes ha tenido que existir esa otra España. Una España que muchos añoramos y que respetamos. Negarlo es negar nuestra historia. Los jovencitos políticos que llegan ahora a salvar nuestro país tienen que saber que la España que disfrutan y que les permite existir alguien la ha construido. No todo es destruir.

Saz Planelles



Almeria Cadiz Cordoba Granada Huelva Jaen Malaga Sevilla Huesca Teruel Zaragoza Cantabria Avila Burgos Leon Palencia Salamanca Segovia Soria Valladolid Zamora Albacete Ciudad Real Cuenca Guadalajara Toledo Barcelona Girona Lleida Tarragona Ceuta Madrid Alicante Castellon Valencia Badajoz Caceres A Coruña Lugo Ourense Pontevedra Baleares Las Palmas Santa Cruz De Tenerife La Rioja Melilla Navarra Alava Guipuzcoa Vizcaya Asturias Murcia

No hay comentarios: